Un proveedor de semiconductores necesitaba una cámara de temperatura industrial Xceed con una precisión térmica excepcional para probar materiales que generan polvo a bajas temperaturas. El principal desafío era diseñar un sistema que pudiera integrarse perfectamente con su sistema de transporte de carros con ruedas existente, al mismo tiempo que mitigara la contaminación por polvo para mantener los estándares de sala limpia. La solución debía priorizar el control ambiental sin comprometer las capacidades de prueba ni la eficiencia del flujo de trabajo crítico para el soporte de la fabricación de semiconductores.